Hermosas poesías
Un sueño
Salas cruzadas tímidamente, centenares de rostros desconocidos… Lentamente, una tras otra, las luces palidecen. Cuando su brillo se enturbia y se apaga con el crepúsculo, un rostro me parece familiar: la nostalgia del amor encuentra conocidos los rostros que otrora fueron extraños. Escucho nombres de padres, hermanos y compañeros, también de héroes, mujeres y poetas que yo admiré de muchacho. Pero ninguno de todos ellos me concede siquiera una mirada. Las llamas de una vela se desvanecen en la nada y dejan en el entristecido corazón el murmullo de poemas olvidados, oscuridad y lamentos que retornan sobre los días consumidos, convertidos en leyenda y en sueño de una luz gozada en el pasado.
Montañas en la noche
El lago se ha extinguido, oscuros duermen los juncos susurrando en sueños. Sobre el campo, extendidas, interminables montañas amenazan. No descansan. Hondamente respiran, se mantienen unidas unas contra otras. Hondamente respiran, colmadas de oscuras fuerzas, irredentas en su pasión devoradora.